La ermita de Sant Felip podría reabrirá sus puertas en las próximas semanas reconvertida en centro museístico de interpretación de la historia local y sala polivalente para usos culturales tras una actuación de tres meses que ha servido para recuperar uno de los principales enclaves patrimoniales, histórico y arqueológico del municipio.
El alcalde de Novelda, Fran Martínez, acompañado por el diputado provincial de arquitectura, José Manuel González, junto a los concejales Iván Ñíguez, Geno Micó, Santi Sánchez y la portavoz de Compromís, Silvia Anna, han visitado las obras de adecuación de la ermita que han entrado en su recta final.
La actuación, con un presupuesto de 178.000 euros, cofinanciados con fondos propios y subvenciones de Generalitat Valenciana y Diputación Provincial de Alicante, que ha aportado cerca de 135 mil euros, permitirá a la ciudad contar, en uno de sus principales enclaves patrimoniales, histórico y arqueológico, con un nuevo espacio museístico de interpretación histórica y una sala cultural polivalente.
Durante su visita a las instalaciones Fran Martínez subrayaba la importancia de “recuperar uno de los espacios emblemáticos” del municipio de “gran valor histórico y arqueológico”, cuya adecuación era una de las actuaciones prioritarias del equipo gobierno y un compromiso adquirido en los acuerdos presupuestarios alcanzados con Compromís per Novelda. Para Martínez la recuperación de la ermita de Sant Felip contribuirá a la “difusión del patrimonio local y ofrecerá un nuevo espacio para la realización de actividades culturales”.
Por su parte el responsable del área de arquitectura de la Diputación Provincial señalaba la importancia que para la entidad provincial tiene contribuir a “poner en valor el patrimonio histórico de la provincia de Alicante”.
La adecuación iniciada el pasado septiembre, que arrancó más de diez años después de la primera actuación que permitió la restauración de patio exterior, ha centrado buena parte de sus esfuerzos en la puesta en valor del yacimiento arqueológico que ocupa la parte central del espacio interior, yacimiento que ha sido cubierto con una estructura metálica que sustenta un cristal pisable desde donde se puede contemplar, gracias a la iluminación preferencial, la zona de enterramientos del siglo XI, el área habitacional del siglo XV y la cripta de los enterramientos de los miembros de los Hermanos de la Sangre de Cristo, la hermandad laico religiosa ortodoxa que regentó la ermita durante el siglo XVIII. Además se ha consolidado la pintura de los muros perimetrales del recinto y quedará el espacio diáfano habilitado para acoger actividades culturales.