Remunicipalizar los servicios que el Ayuntamiento ofrece a los ciudadanos es, para Guanyar Novelda, la “única solución que garantiza” la prestación de los mismos. Así lo ha expresado la portavoz de la formación, Maje Agües, que acusa al equipo de gobierno de haber mentido en su argumentación sobre la no apertura de las piscinas municipales este verano.
La decisión del gobierno municipal de no abrir las piscinas municipales durante la temporada estival, argumentando la imposibilidad de garantizar las medidas de prevención e higiene frente a la Covid-19, ha sido puesta en tela de juicio por la formación que lidera Maje Agües que afirma que en este asunto el equipo de gobierno ha “mentido” al asegurar que se trataba de un “problema de seguridad” cuando realmente, afirma, lo que ha impedido la apertura de las instalaciones ha sido un conflicto contractual con la empresa que gestiona la explotación de un servicio que, en opinión de Guanyar, “este año, más que nunca, es esencial”.
Ante esta situación Agües ha reiterado la necesidad de remunicipalizar los servicios que se prestan desde la administración local, como es el caso de las piscinas, ya que es la “única forma de garantizarlos” puesto que, a diferencia de la empresa privada que lícitamente tiene como objetivo la obtención de beneficios, un Ayuntamiento “no va buscar que sea más o menos rentable, sino a cubrir una necesidad”.
Nula conciencia medioambiental
Desde Guanyar Novelda también se recrimina al gobierno municipal su “nula conciencia medioambiental” en la gestión del conflicto surgido en torno a la tala de un pino ubicado en el interior de una parcela privada en la que se está levantado una nueva superficie comercial y en su proyecto para mantener el arbolado de la acera colindante con la misma.
En este caso Lidia Martínez, miembro de Guanyar, ha pedido al equipo de gobierno que “recapacite” y elabore los estudios y proyectos necesarios para respetar el arbolado existente en la zona de la Avenida de Petrer en la que se ubicará el nuevo espacio comercial, ampliando la acera para que cumpla con la normativa de accesibilidad y reduciendo la calzada, si fuera necesario, a un solo carril de circulación a fin de mantener la decena de ejemplares arbóreos que se podrían ver afectados.